Por: Roberto Gutierrez
Ir de un lugar a otro en la capital potosina no debería ser un suplicio, es un derecho constitucional.
Transitar a pie, bicicleta, auto particular o el transporte público está reñido con la seguridad personal, el medio ambiente y la sustentabilidad.
Vivimos en una ciudad creada para el automóvil, con un modelo de crecimiento anárquico, que ya pasó de moda y debe cambiar como ya ocurre en otras ciudades medias similares a la nuestra. No hacerlo nos ubica como un lugar arrasado para vivir, sin futuro y por supuesto, sin presente.
Nuestra economía, la salud colectiva, el bienestar común están riesgo por la falta de visión para encauzar un crecimiento ordenado. La capital potosina padece una enfermedad urbana que deriva de su crecimiento y no hay una visión a largo plaza, nuestra gobernanza es efímera, sin planes ni proyectos que trasciendan a 25 o 30 años. Es un modelo que a nadie le interesa, “creemos que la vida es así”
Los responsables de que esto sea posible no ofrecen alternativas, ya que se trasladan en vehículos que se pagan con nuestros impuestos, y quienes los usufructúan viven con salarios ofensivos para la población a costa del erario.
El deterioro de calles y avenidas, el tráfico urbano, la contaminación y la pérdida de tiempo, se ve como algo que no les toca solucionar, aun cuando estos problemas son parte del germen de la inmovilidad y deben atacarse.
Para la mayoría ir de la casa al trabajo, a la universidad, a una actividad recreativa, etcétera, tiene un alto costo, pero este es este es intangible pues “es tiempo”. El sector productivo se ha cansado de exigir soluciones y se han hecho oídos sordos, los trabajadores que están en el último escalón de la economía lo sufren, los ciudadanos en general lo cuestionan diariamente. Se aplican “mejoralitos” para tratar una enfermedad terminal que padece la capital.
Hay muchos ejemplos de cómo las ciudades trabajan para mejorar la movilidad y su impacto económico, político y social, en Querétaro por ejemplo se diseña proyecto urbano para crear un sistema Metro que mejore el transporte público, pero además el tema está en boca de todos, SEDATU por ejemplo tiene en este momento 35 proyectos urbanos, donde por cierto no está San Luis Potosí, en los que muestra que se hace para ayudar a resolver el problema. Aquí van tres de los más representativos.
1.- En Puebla iniciaron la prueba piloto “Ándale” una estrategia urbana coordinada entre el Ayuntamiento de esa ciudad a través de la Secretaría de Movilidad, colegios y organizaciones ciudadanas para fomentar el traslado a pie y la recuperación temporal del espacio público en el Centro Histórico de Puebla, a través de intervenciones de urbanismo táctico a gran escala.
2.- En la en la Ciudad de México se instaló una red de infraestructura ciclista que hoy funciona como alternativa de transporte multimodal durante la administración de Marcelo Ebrard (2006-2012).
3.– En Merida Yucatán existe un El Plan Maestro para la Movilidad Urbana Sustentable desarrollado por el Instituto Municipal de Planeación de Mérida (IMPLAN), para establecer las estrategias que el ayuntamiento debe implementar en un plan de acción, estableciendo plazos de ejecución que oriente a la ciudad hacia la movilidad urbana sustentable.
En San Luis Potosí no hay ni siquiera un transporte amigable con el medio ambiente. La capital potosina requiere ser una ciudad que ofrezca nuevas alternativas y que garantice una movilidad digna. No hacerlo implica un atraso histórico, pero peor, será una ciudad condenada a vivir en un modelo de crecimiento pasado de moda, que hoy no funciona. su población sobrevive en medio del caos, sin esperanza en el futuro y un presente desigual.