Por: Roberto Gutiérrez
La frustración de los mexicanos después de la derrota de la Selección, contra el equipo de futbol de Argentina, nos hizo reaccionar sobre si en el equipo nacional, se dio un acto de corrupción por la alineación del Tata Martino, en el segundo juego del tricolor del Mundial de Futbol de Qatar, o si solo se trata de un mal entendido.
La corrupción es un mal que nos afecta más gravemente desde la época colonial, según los historiadores, ya que con los aztecas de México Tenochtitlan aunque existía, era mínima pues se castigaba hasta con la pena de muerte.
México sufre cada cuatro años, dicen porque prevalecen en la Selección los intereses económicos de los equipos y la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut), que solo ven por sus ganancias incluida la contratación del entrenador nacional, regularmente extranjero y con poca transparencia.
Con este reclamo público México demostró que quiere un juego limpio, empero ¿lo querrá también para la vida pública? Porque hasta ahora el trabajo del Ejecutivo Federal en materia de combate a la corrupción, ha sido severamente cuestionado por un sector conservador del país, así como de priistas, panistas, perredistas y otros partidos como Movimiento Ciudadano, que pareciera están a favor de que siga el robo al erario, permanezcan los onerosos sueldos de funcionarios y continúe la venta de los bienes de la nación, como lo hizo Zedillo con los Ferrocarriles.
El futbol es el deporte nacional, y la representación que tiene del país cuando en eventos internacionales como la Copa del Mundo se trata, no es un tema menor y por hechos como el ocurrido en el juego de México y Argentina, por las condiciones en que se dio, se vuelve un asunto sensible, donde lo mejor es el reclamo de los mexicanos para exigir “juego limpio”.
Gerardo Martino “El Tata”, gana un aproximado de tres millones dólares por año por dirigir a México y los resultados, han sido magros, en el mundial, pero lo peor, ha sido el cuestionamiento sobre los intereses poco claros que se mueven alrededor de la selección nacional.
Por eso es importante que un sector de los ciudadanos, con alto valor adquisitivo, principalmente, cuestione la poca transparencia en el futbol nacional y exijan honradez, velar por los intereses de la nación y un manejo honesto, lo que demuestra si pueden darse coincidencias a favor de la lucha contra de la corrupción, cuando de la vida pública se trata.
Sin embargo hay que decir que al igual que en la Selección Nacional, a los mexicanos también nos molesta, que el Instituto Nacional Electoral (INE), sea poco transparente, que sus funcionarios ganen grandes sumas de dinero, que haya un manejo discrecional del presupuesto, que se coopte a los partidos políticos con dádivas como las candidaturas plurinominales, su financiamiento y lo peor, que haya gigantismo electoral, con una burocracia privilegiada.
Pero además al igual que con la Selección Nacional a los mexicanos también nos inconforma, que se condonen impuestos a las grandes empresas trasnacionales o del país, que se vendan los bienes de la nación, que se paguen bajos salarios a los trabajadores y que el estado no ejerza sus funciones constitucionales y se vuelva una camarilla.
Que bien que muchos mexicanos se ofusquen por los resultados de la Selección Nacional de futbol y cuestionen su honradez, pero también que no se deje de lado, que esos principios deben trasladarse a todos los ámbitos y que si somos capaces de manifestar públicamente nuestro enojo y una molestia natural, por un juego de futbol, a causa de una situación que consideramos irregular, sigamos ese ejemplo a nivel personal, familiar, social y público y no permitamos que los intereses de unos cuantos, prevalezcan en vez del de las mayorías y mucho menos toleremos presuntos actos de corrupción.