La reprobada es la Universidad Potosina, ya que los alumnos de la institución se quejan de que la escuela no les proporciona los servicios más fundamentales como una sala de computadoras para consultar o imprimir por lo menos una hoja de los trabajos que les encargan los maestros entre clases, por lo que los jóvenes aseguran que tienen que ir todos los días a pagar por la renta de una computadora a una plaza cercana, lo que les quita tiempo y dinero.