Más allá de su apariencia física, también su actitud se asemeja a la de un niño. Grita alterado frases como “quiero irme a casa” o “quiero a mi mamá”. También cuenta con pulso propio y es capaz de llorar y sangrar. Podría incluso llegar a sufrir un paro cardíaco.
¿La única diferencia? Que Pediatric Hal no está vivo: es un robot utilizado en la medicina y que cuenta con un efecto realista. Se creó para facilitar la práctica de operaciones quirúrgicas. Tanto por estudiantes de pediatría, como por médicos.
Gaumard Scientific fue la compañía que lo diseñó. Su sede está en Miami, Estados Unidos. Hace uso de la tecnología para aplicaciones médicas desde la Segunda Guerra Mundial y garantiza que este robot es simulador pediátrico más evolucionado a nivel mundial. Sin embargo, su aspecto puede resultar perturbador.
Experiencias inmersivas de aprendizaje
Sus creadores afirman que el funcionamiento del robot responde a experiencias inmersivas de aprendizaje. Simula emociones comunes. Entre ellas, el asombro, miedo, ira o ansiedad. Sobre todo, es capaz de simular dolor. Incluso llega a llorar y a gritar.
Permite más posibilidades a los doctores. Como medir sus niveles de glucosa o su ritmo cardíaco con un monitor real. También puede ser resucitado o intubado. Es posible realizarle suturas e incluso sacar su sangre.
Jen Arnold, directora médica de simulaciones de Johns Hopkins All Children´s Hospital, declaró que la medicina puede ser una profesión estresante y quienes la llevan a cabo son humanos. Por ello, buscan realizar ensayos simulados para contar con una buena preparación cuando deban enfrentarse a una situación real. Las declaraciones fueron dadas durante una entrevista transmitida por televisión.