Por: Fabián Gutierrez Araujo
Una investigación de seis años que llevó a cabo la maestra Gabriela Ramírez, representante sindical de la secundaria Moisés S. Jiménez, ubicada en Coronel Romero derivó de una serie de irregularidades en contra de Mario Ramos García, quien fungió como director de la institución por 23 años en el turno matutino.
La maestra denunció a la Revista Potosina de Educación un desfalco millonario del director, quien fue acusado de robar a diestra y siniestra en la secundaria, cobrando desde 15 a 30 pesos a los alumnos por los conceptos que a él se le ocurrieran como exámenes o pagos de papelería, libros forzosos con un costo de 900 pesos sin que fueran pedidos por los maestros, hasta cuotas de inscripción de casi 2,000 pesos, las cuales hasta la fecha no se sabe dónde está el dinero.
Dijo que el maestro Ramos García, tenía incluso una papelería dentro de la escuela, donde les exigía a los alumnos trapeadores y diversos artículos de limpieza, condicionándolos a cambio de la entrada de inscripción a los diferentes grados, lo que indica que el dinero que entraba ahí era para él y no para la escuela, sin verse ninguna mejoría para la institución, pues es la única escuela que hasta la fecha no tiene un techo para el patio.
La maestra también denunció dos departamentos propiedad del entonces director, uno arriba de la cooperativa y otro del lado de ciudad judicial, así como la compra de una casa en Villa de Pozos con fuente artificial, cuatro motos Harley Davidson, y la compra y venta de automóviles, los cuales tenia dentro de la escuela para el mismo giro, propiedades, que son imposibles de costear con el sueldo de director de escuela.
Departamento #2 parte de abajo.
Señaló otras irregularidades como la del maestro Pedro Cedillo Almendares, quien ocupaba el puesto de contabilidad para cubrir sus desfalcos, como por ejemplo el de un salón de informática que le regaló Coppel, obra que se la atribuyó al director Ramos García, cuando en realidad eran regalos de un proyecto estatal o federal, todo maquillado con notas y facturas falsas que se presentaban en el Sistema Educativo Estatal Regular (SEER), quienes asegura, nunca investigaron a profundidad.
“En reiteradas ocasiones se le solicitó una sala de maestros pues nos sentábamos en el piso, a lo que dijo que él no estaba obligado hacerlo pues era su escuela, es cuando me decido a dar a conocer públicamente el problema”.
“Yo como representante sindical y secretaria general de la delegación, le comentaba al profesor Mario Ramos que había cosas que no estaban bien. Sin embargo él siempre comentaba muy renuente diciendo que era su escuela, y hago con ella lo que yo quiero”
Los tableros no se han cambiado desde 1993 y no hay techado en el patio.
El maestro Mario tenía 23 años como director de la institución quien hace un mes fue separado de su cargo porque se hizo la denuncia pública, siendo removido al anexo del SEER, ubicado en Coronel Romero, no sin antes desmantelar la escuela llevándose pantallas, proyectores, mesas entre otros artículos. A día siguiente la maestra Gabriela recibió una llamada con amenaza de muerte
Dijo que en el SEER, no tomaron cartas en el asunto, pero el secretario de la sección 52, profesor Enrique Venegas le mostró todo el respaldo de sindicato.
Maestra Gabriela Ramírez.
Indicó que el director nunca reportó nada al SEER, quienes estaban enterados del problema. Dijo que varios maestros pusieron la queja correspondiente en el departamento jurídico y con la inspectora, quienes sabían lo que pasaba en la escuela y nunca hicieron nada.
Señaló que dos empleadas del director cobraban 5 pesos por alumno al club de lectura, los cuales son gratis, quitándoles el dinero para el camión a los alumnos. Una que actuaba como psicóloga, y otra quien hacía funciones de subdirectora de nombre María Rodríguez, quien solo se dedicaba a cobrar y quien se iba hasta dos meses de vacaciones a Estados Unidos con goce de sueldo.
La maestra Gabriela Ramírez dejó abierta la posibilidad de que haya más situaciones parecidas en más escuelas, desatando una serie de irregularidades y corrupción, pues no hay una auditoria que se dedica a investigar a profundidad los movimientos económicos de las escuelas y dar información exacta de lo que se recibe y se gasta con auditorías.