Los libros de texto gratuito, de alguna forma, están acotando a los docentes de educación básica para que ocupen nuevas herramientas educativas, situación que se requiere revisar con el objetivo de realizar los ajustes correspondientes.
Laura Bárcenas Pozos, investigadora en procesos educativos de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que los insumos didácticos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal son la respuesta a una necesidad ya antes identificada para dar instrumentos de aprendizaje más variados y actuales al alumnado.
“La Secretaría ya tenía rato con la preocupación de que solo se usaban los libros de texto, que también ellos lo fomentaron mucho. Sí me parece que los nuevos libros de texto están mucho más acotados para promover que el profesor utilice otros recursos didácticos”, destacó.
Para la especialista en educación, el nuevo paquete bibliográfico que desarrolla la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conalitec) son insumos que se pueden calificar como un logro a medias.
Los libros están sorprendiendo, principalmente, por su corta extensión y por los contenidos presentados en ellos; sin embargo, no están formulados de manera adecuada por la ausencia de conceptos básicos e importantes para la población.
“En todos los asuntos educativos, siempre hay una perspectiva ética moral, en unos más que en otros, y no se está abordando en la escuela suficientemente porque son terrenos complicados donde las familias ponen límites, sobre todo con los pequeños”, añadió.
Reconoció que existe un motivo que va más allá de la innovación en herramientas de aprendizaje, pues los conocimientos presentados son y serán parte de las nuevas generaciones; de ahí la importancia de cuidar el fondo y forma de las estrategias de educación.
“El contenido de la bibliografía no es mera casualidad, ya que todos los libros de texto y de todos los gobiernos que ha habido en nuestro país al menos en el último siglo, tienen siempre una postura política, y es la postura que el gobierno en turno quieren que tenga”, añadió la investigadora de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita.
La pandemia de covid-19 cambió radicalmente la cotidianidad, pues el encierro y la distancia llevaron a un replanteamiento de la realidad en diversos aspectos; uno de los más influenciados fue la educación.
Bárcenas Pozos explicó que la pandemia no generó un cambio en el paradigma educativo y, en su lugar, impulsó la creación de nuevas herramientas que respondan a las necesidades de una generación rezagada, desmotivada y distante del sistema educativo tradicional.
“No solo hay que darles información a las y los alumnos. Hay que dar la formación, hay que dar los elementos éticos morales. Los profesores tenemos que entender que hay que motivar suficientemente a nuestros estudiantes para que quieran involucrarse en el aprendizaje. En ese sentido es que hemos regresado rápidamente a prácticas viejas o de antes de la pandemia”, explicó la especialista en procesos educativos.