Por: Fabian Gutierrez Araujo
Foto: Revista Potosina
No entrar a la escuela en un día normal de clases entre semana, puede ser para los jóvenes especialmente de secundaria o preparatoria motivo de diversión o aventura sin medir las consecuencias, echarse la “pinta”, como comúnmente se conoce, es el mejor pretexto, y el parque Tangamanga es el lugar predilecto para hacerlo porque no se necesita dinero, y cuenta con muchos espacios para recorrer.
Sin embargo, la seguridad en San Luis ya no es la misma de hace algunos años, raptos, robos a mano armada, balaceras, extorsiones telefónicas a familiares falsas o verdaderas ya son una realidad, incluso en el mismo parque Tangamanga donde hace algunos meses una joven fue brutalmente atacada sexualmente sin que se le brindara auxilio inmediato. El riesgo ahora es más fuerte sobre todo para los menores de edad que se “vuelan las clases” y más si sus papás están pensando que ellos están en la escuela.
Las instituciones educativas públicas o privadas, deberían de estar más al pendiente para prevenir que los alumnos no asistan a clases sin el consentimiento de sus padres, alertando inmediatamente con una llamada de que los jóvenes no fueron a la escuela, incluso las mismas autoridades que vigilan el parque Tangamanga donde desde hace tiempo ya no se han visto patrullas de la policía metropolitana.