El estudio requiere una constancia, por lo que se debe mantener un ritmo de trabajo durante mucho tiempo. Por ello, debe estar en un perfecto estado de salud.
La buena alimentación del alumno, el control de la postura corporal, la actividad y el descanso físico, son factores que favorecen y ayudan a la concentración del estudiante y han de considerarse antes de iniciar una sesión de estudio provechosa. Saber en qué horas se rinde más, (por la tarde cuando llega de la escuela, por la noche, o por las mañanas antes de ir a clase) favorece establecer un horario personal de trabajo.
Estudiar es un trabajo intelectual autónomo, permite la organización de horarios individuales para mejorar el rendimiento de estudio y la asimilación de contenidos. Sin duda, la combinación de estudio y descanso favorecerá el proceso.