Un instituto que promueve el interés por las matemáticas plantea 7 problemas de difícil resolución que atormentan al mundo entero
El Instituto Clay de Matemáticas (CMI) fue fundado en 1998 por una adinerada familia con el objetivo de difundir y aumentar el conocimiento disponible en materia de Matemáticas. Ubicado en Cambridge, este centro se dedica a brindar apoyo económico y respaldo académico a grupos de investigadores de distintas partes del mundo que deseen investigar cuestiones matemáticas.
En el año 2000, la corta historia de este centro se vio marcada por un acontecimiento único. Gracias al trabajo de los mejores expertos del sector, el CMI presentó al mundo 7 problemas matemáticos de características únicas y una dificultad nunca antes pensada. Con el gran atractivo de premiar a quien resuelva cada problema con la impresionante suma de 1 millón de dólares, las autoridades del Instituto Clay ponían en marcha este concurso mundial para resolver los denominados problemas del milenio.
Los problemas planteados en este desafío llevan más de cien años abiertos, y acumulan miles de intentos fallidos y respuestas incorrectas, por lo que resolverlos será una verdadera odisea. Sin embargo, la idea del centro no fue plantear problemas de resolución imposible sino justamente buscar a los mejores talentos del mundo para resolver enigmas que dificultan el avance de su tan preciada ciencia madre: la matemática. Apelando a un incentivo económico envidiable, las autoridades del centro Clay se proponen de este modo conseguir que la matemática avance al tiempo que se difunde y fomenta su aprendizaje.
De los 7 enigmas planteados inicialmente, 16 años después de su anuncio al mundo, solo uno de estos problemas del milenio ha encontrado una respuesta certera. La denominada Conjetura de Poincaré, que enunciaba que un espacio sin agujeros sería equivalente a una esfera en un mundo de cuatro dimensiones, fue resuelta por el ruso Grigori Perelman después de 8 años de duro trabajo.
Más allá de las dificultades mismas que implica cada uno de estos enigmas, desde el Instituto Clay agregan a la ecuación cuatro reglas infranqueables para aceptar la solución propuesta por los candidatos a los problemas del milenio. En principio, la aparente respuesta al problema debe ser publicada en una revista científica de prestigio mundial, demostrando así su interés para la comunidad científica global. En segundo lugar, esta debe tener “aceptación general” dos años después de su publicación, descartando así todos aquellos problemas a los que se presente una solución alternativa en dicho plazo. En tercer lugar, la mencionada respuesta debe ser sometida al análisis de los expertos del Instituto Clay, el cual debe superar con soltura. Por último, la respuesta deberá someterse a un segundo análisis, esta vez a manos de distintos expertos del mundo, seleccionado especialmente para la ocasión.
El investigador español Francesc Castellá es uno de los tantos matemáticos que se enfrentan a esta titánica tarea. Actualmente en Princeton, este joven de apenas 30 años nacido en Barcelona se doctoró en la Universidad de McGill, en Montreal (Canadá) lo que le permitió iniciar su carrera profesional como profesor adjunto en la Universidad de California (Los Ángeles). Multipremiado por sus avances y descubrimientos, este matemático se enfrenta ahora a uno de los retos más difíciles de su vida: la conjetura de Birch y Swinnerton-Dyer.
¿Te crees listo? Si eres lo suficientemente inteligente y logras resolver uno de los 6 problemas matemáticos del milenio que aún quedan sin resolver puedes hacerte con 1 millón de dólares. Para eso, te contamos cuáles son estos enigmas que atormentan a los mejores matemáticos del mundo.
4) Existencia y «mass gap» en la Teoría de Yang-Mills