Desde Salamanca España..
Salamanca, una de ciudades más antiguas del reino español, por sus tierras han pasado innumerables hechos, sus orígenes se remontan al perdido siglo III, y si bien en un principio es conocida como Helmántica debido a la adoración del dios “Helman”, se fue degenerando a Salamántica, Salmantida ha llegar a Salamanca, ciudad estudiantil de preferencia, situada justo Rio Tormes, el cual recorre la ciudad plácidamente, no siendo menos importante que la ciudad, pues en su tiempo fue una gran vía de comunicación, llegando a conocerse como la “vía de la plata”.
La Universidad de Salamanca, fundada en 1218 por el Rey Alfonso IX, es una de las universidades hispanas más antiguas aun existente, hace parte del gran decorado de la ciudad, “no podríamos hablar de Salamanca sin mencionar su universidad”, y de quienes con el paso del tiempo han estado entre sus muros, con atención y sin intención de dar una lista inacabable de personajes, habrá que destacar algunos como: Antonio de Nebrija padre de la gramática española, Fray Luis de León reconocido como poeta lírico del Renacimiento español, Miguel de Unamuno y demás.
Remontándonos en aquellos inicios de la universidad, lo que cabe rescatar era el hecho que sus primeros estudiantes tomaban sus clases a oídas, todo era de memoria, debido a la poca luz que en esa época gozaban las aulas estudiantiles, muchas constaban de una pequeña ventila para evitar que se colara el frio, que evidentemente en época de otoño, invierno e incluso en primavera hace por estas tierras.
Desde el patio de escuelas, hasta la Capilla de Santa Bárbara ubicada en la imponente Catedral antigua, se formaban los estudiantes salmantinos, era justo allí donde la tradición cuenta, “que quienes se doctoraban, tenían que velar sus libros toda una noche, de allí el dicho “estar en capilla”, para que en la mañana siguiente pasaran al tribunal y hacer el rigoroso examen”, quienes lo lograban salían por la calle principal con loores y vítores, esperándoles un gran banquete, durante la celebración se pintaba una V de “victoria” con el nombre del nuevo doctor, en los muros del claustro con sangre de toro, estos anagramas los conserva y los hace la universidad, ya no con sangre pero si de un granate intenso en los muros de las facultades.
Si por el contrario su suerte era otra, salían por la “puerta de carros” vulgarmente conocida como “puerta de los burros”, esta tradición estuvo vigente hasta el siglo XIX, aun así dentro de la capilla se encuentra el sepulcro del “Obispo Lucero” y una silla, en la cual hoy día puede uno sentarse plácidamente, colocar los pies en la escultura yacente del obispo y pedirle luz en los próximos exámenes, cuentan que a veces y con mucho estudio funciona.
Y hablando de tradiciones, una que más turistas atrae es encontrar la rana en la calavera, a todas horas son hordas de gente buscando el mencionado batracio, hasta que alguien con voz segura grita “allí”, señalando el punto exacto de su ubicación en la puerta de la universidad, esto debido a la incontables leyendas que corren, sobre la suerte que tiene “quien la ve primero”, y se resumen todas en el “éxito asegurado”, aun así suerte, deseos cumplidos, próximo matrimonio, estudios superados, etc… me quedo con lo que dijo Miguel de Unamuno: “No es lo malo que vean la rana, sino que no vean más que la rana”.
Parece ser que dicho animalito, tan pequeño en tan monumental fachada, era la firma de la cantera, pero ha pasado a la historia con el simple mensaje de “disciplina y castidad”, cosas que hay que tener, para alcanzar cualquier sueño, y bueno creo uno más que lo otro.
*Carolina Varela Castillo, es Investigadora del Departamento de Derecho de la Universidad de Salamanca y cuenta con Maestría en Derechos Humanos y Derecho Comunitario.*Abogada por la Universidad Javeriana de Bogota y Especialista en Derecho Tributario y Fiscal, por la Universidad de los Andes. *Es colaboradora del Portal Digital de la Revista Potosina de Educación, desde 2013