*Se trata de que los alumnos progresen a su ritmo sin importar en cierta medida su calificación.
*Que no haya sentimiento de culpa o fracaso que hace que muchos alumnos deserten en sus primeros años
Por Carolina Varela Castillo
Siempre se ha querido, o al menos, desde que tengo conciencia, cambiar el sistema de calificación escolar en el mundo, orientándolo a la realidad de cada estudiante; que su desempeño escolar, esté en concordancia con sus notas en cuanto a calificación.
Globalmente, el sistema de calificaciones escolares no es de lo mejor, la calificación numérica, que va desde el 5.0 al 10.0, donde el 5.0 es reprobado y la nota mínima aprobatoria sería 6.0 y la de letras, donde E (excelente) o MB (muy bien), B (Bien), S (suficiente) y NA (no acreditado) con su equivalente numérico de 10, 8, 6 y 5; tienen sus deficiencias.
Una de ellas es que pierde las notas intermedias, en donde siempre queda la laguna, del estudiante que pasa con un simple 6.0, o el que se queda con el simple 5.8 o 5.9 en sus calificaciones, y en cuanto a las letras siempre he creído, que éstas conllevan la subjetividad de los profesores, en alguna que otra medida.
El gran problema que se tiene, adoptando cualquiera de estos sistemas e incluso los dos, es, si se refleja la verdadera situación del alumno, en cuanto a la medición de su conocimiento y posterior desempeño de los mismos en su cotidianidad.
Sé que las comparaciones son odiosas, pero sabiendo que Finlandia a diferencia de México, tiene una de las mejores plataformas educativas a nivel mundial, deberíamos copiar un poco y traer a nuestras instituciones algunas, que allá, se han ejecutado de maravilla, en función de los estudiantes y su posterior desempeño profesional.
Allí se maneja, adicionalmente, a la calificación numérica, la autoevaluación y la evaluación de los compañeros, ven la importancia que tiene que el mismo estudiante, sepa cómo va desarrollándose y las falencias (error que comete una persona al afirmar algo), que tiene para llegar a optimizar su desempeño en la institución educativa.
Cualquier carencia o problema que se tenga, la escuela misma tiene forma de ayudar, con el fin, de que ningún estudiante quede rezagado en su formación, sobre todo en los primeros años.
En Finlandia por ejemplo, hasta los 9 o 12 años, los alumnos no son evaluados con notas, eso implica que la educación primaria no se ve reflejada en una calificación, cuidando al alumno de la presión de las evaluaciones, y aun así, proyectándolo en el desarrollo de sus capacidades.
Cada alumno progresa a su ritmo sin importar en cierta medida su calificación, sin tener ese sentimiento de culpa o fracaso que hace que tantos alumnos deserten en sus primeros años.
Finlandia, eligió confiar en la capacidad de los niños, y en su natural curiosidad por aprender cosas nuevas, no existen alumnos sin capacidades, todos en gran medida aprenden de una u otra forma, ya que, un solo conocimiento puede ser adquirido en diferentes niveles o años educativos, de acuerdo con la madurez de la persona.
No son evaluados de forma competitiva, sino que los estimulan y motivan en sus cualidades; las calificaciones numéricas se dan y en cierta forma son reflejo del aprendizaje adquirido, y el alumno valora su avance sin importar el de los demás, pues sabe que si hoy no lo logró, tiene todo un “mañana” para hacerlo.
Más información sobre este contenido se puede consultar en: Finlandia: las claves del sistema educativo más exitoso de Europa …
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SISTEMA EDUCATIVO DE FINLANDIA
www.oph.fi/download/124281_sistema_educativo_de_finlandia.pdf