Para la bibliotecología es muy importante la relación con la sociedad, porque de lo contrario no podría existir la profesión, aseguró la doctora Estela Morales Campos, investigadora del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la UNAM.
“En estos tiempos las tecnologías han favorecido la violación a las leyes que protegen los derechos de autor pero también han apoyado la detección de estas prácticas”.
Desafortunadamente el problema de plagio, no ha dejado libre a ninguna institución educativa, por ello los bibliotecólogos tienen la obligación de fomentar la educación en la materia ética y legal para que continúe la crítica en el tema,
“Los textos están para consultarse y pueden utilizarse para adquirir el conocimiento, pero siempre y cuando se le de crédito a quien lo investigó o lo plasmó primero que todos”.
La catedrática de la UNAM apuntó que en este seminario, también se discute el hecho de que hay tecnologías informáticas que inhiben las prácticas de plagios de textos, sobre todo en los que se desarrollan para la generación de investigación y ciencia, pues estas crecen con base en los antecedentes.
Hay legislaciones nacionales que tipifican el robo de textos, sin embargo la misma legislación local presenta lagunas, las cuales se puede llevar el problema mediante la legislación internacional, y el bibliotecólogo debe conocer estos términos para saber hasta dónde llegar en materia de defensa y difusión de los derechos de autor.
Respecto a la labor de educar, con que carga el profesional de la bibliotecología, la doctora Morales Campos, destacó que las bibliotecas bien establecidas y administradas, cuentan con talleres conocidos como el desarrollo de habilidades informativas, en donde se enseña cómo usar esos textos, cumpliendo ciertos valores morales y éticos, que representan un respeto a lo que hizo otra persona.