Por: L.E.P SARA AIDE JASSO CAPETILLO
La incorporación de valores humanos dentro de la educación es una tendencia general en las instituciones que la imparten. Sin embargo, la reflexión sobre este tipo de formación humanística permite percibir que se trata de una labor compleja. Una estrategia para estructurar la formación de valores en el ser humano debe iniciar con una revisión del concepto de valor, y de las condiciones en que puede establecerse un proceso de valoración. Esto conduce a la identificación y a la práctica de las virtudes como un instrumento para introducir conceptos de ética práctica en las estructuras curriculares, con el propósito de inducir en los individuos conductas consideradas socialmente como correctas, tales como el respeto, la tolerancia, la honestidad, entre otras.
A continuación se presentan algunos conceptos sobre lo que es valor:
Yañez A. (1997) dice que valor es la cualidad por la que una persona, una cosa o hecho despierta mayor o menor aprecio, admiración o estima y que los valores éticos, son principios respecto a los cuales las personas sienten un fuerte compromiso de conciencia y los emplean para juzgar lo adecuado de las conductas propias y ajenas.
Sanmartín M. (2003) Denomina que el valor puede estar referido a un modo de conducta (valor instrumental), ya sea del propio sujeto o de la sociedad.
Lotze concibió la idea de los valores como algo libre de realidad, así mismo afirmo que los valores no son, sino que valen. (Lotze citado en Espinosa, 2000:61).
Gelinne, 2007, señala “el valor es una propiedad de las cosas o personas, todo vale por el hecho de estar o existir. Todo ser tiene un valor se le conozca o no, todo valor se refiere a las necesidades o aspiraciones humanas y buscamos de alguna manera satisfacer estas necesidades, por lo que el valor es captado como un bien”.
Como hemos visto, los valores son producto de cambios y transformaciones a lo largo del tiempo y de la historia. Surgen con un especial significado, cambian, suelen ser efímeros o desaparecen en las distintas facetas del tiempo. Los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona.
Un componente importante para la existencia plena del individuo y para su completa integración a la sociedad es la incorporación de valores a su actividad. La consideración de valores en el actuar se extiende de manera pragmática desde la planeación financiera individual eficiente hasta la adecuada apreciación de las manifestaciones artísticas humanas, incluyendo además la recta conducta personal y la coexistencia social civilizada. Por tanto, se emplean de manera equivalente diferentes enunciados como: conductas consideradas socialmente correctas, conducta individual reflexiva o sensata, acción adecuada, actitud correcta o recta conducta personal, para significar un comportamiento moral.
En una sociedad sometida a cambios profundos y rápidos como la actual que modifican constantemente sus formas de vida introduciendo nuevas concepciones económicas y nuevos desarrollos científicos y tecnológicos, no solo la familia sino todo el conjunto de instituciones u organizaciones sociales se ven necesariamente implicadas en el cambio. La adopción a las nuevas necesidades que demanda la nueva realidad social es una exigencia que ninguna institución u organización social puedan ignorar.
Por lo tanto formarse en valores es un proceso que consiste en llegar a formar parte de una colectividad y convertirse en un ciudadano activo, una persona que sabe exigir sus derechos, cumplir sus deberes y contribuir al bien común.