Pese a que la equidad de género se ha fortalecido en los niveles de educación superior, las mujeres egresadas de las universidades tienen mayor problema para incorporarse a la vida productiva, pese a que en la actualidad el índice de acceso a las universidades se da en un 47 por ciento en mujeres y un 53 por ciento en hombres opinó la doctora Miriam Micalco Méndez, profesora de la maestría en Derechos Humanos, de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Aunque la eficiencia terminal se da mayormente y con mejor rendimiento académico en las egresadas, estas no tienen las mismas oportunidades que los hombres apuntó la investigadora.
Debido principalmente a la estructura y falta de condiciones en las instituciones del país para permitir el desarrollo profesional y personal de la mujer; por ello consideró fundamental velar por que las niñas y jóvenes tengan mayor acceso a la educación, ya que las mujeres tienen mayor problema para incorporarse a los esquemas educativos, por factores como la violencia física, sexual, económica, entre otras.
“Se debe trabajar para cambiar las condiciones de las mujeres y se liberen de la violencia, que tengan acceso a todas las instancias e instituciones, para que forjen una vida de estudio y carrera profesional como ellas lo decidan”.
Por su parte la doctora María de Lourdes Uribe Soto, académica de la maestría en Derechos Humanos, coincidió en que se necesita promover el apoyo a las mujeres para que puedan empoderarse, y de esta forma puedan acceder a estudios y becas, principalmente en la educación superior.
“muchas chicas no tienen acceso ni al empleo, ni a la secundaria, ni a la preparatoria, entonces esta es una labor muy importante, entre otras muchas que sirven para mejorar las condiciones de la mujer”, acotó.
En este sentido la doctora Uribe Soto, comentó que las universidades desde el ámbito académico pueden generar propuestas para dar representatividad a la mujer, ya sea con la generación de políticas públicas o establecimiento de diálogo; y reiteró que se tiene que hacer conciencia y eliminar las prácticas machistas en todos los ámbitos sociales, en particular entre la población joven para dar paso a una nueva cultura de respeto al papel de la mujer, tanto en la vida pública como privada.