La venta de comida chatarra a fuera de las escuelas junto con los malos hábitos alimenticios en los alumnos desde pequeños, es un problema urgente que deben solucionar las autoridades educativas y el sector salud, ya que la obesidad infantil ha ido creciendo de forma alarmante en los últimos años no sólo en la infancia y la adolescencia, sino también en población en edad preescolar.
Deben aumentar los esfuerzos para promover una dieta saludable y equilibrada en niños, niñas y adolescentes en los planteles escolares, así como en los hogares junto con los padres de familia. Según datos de la UNICEF, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adultos, precedido sólo por los Estados Unidos.
Pese a que hace algunos años las Secretarías de Educación y Salud del estado, junto con la participación de los padres de familia, prometieron reforzar las disposiciones para el Expendio de Bebidas y Alimentos de Consumo Escolar, el problema se repite en casi todas las escuelas de la ciudad.
Cabe señalar que según datos del ENSANUT (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) indican que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso u obesidad. Para los escolares, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad ascendió un promedio del 26 por ciento para ambos sexos, lo cual representa 4.1 millones de escolares conviviendo con este problema.
La principal causa a la que se apunta son los malos hábitos en la alimentación, que acaban desembocando en una prevalencia del sobrepeso de un 70 por ciento en la edad adulta.
A largo plazo, la obesidad favorece la aparición de enfermedades como diabetes, infartos, altos niveles de colesterol o insuficiencia renal, entre otros.
La diabetes es el mayor problema al que se enfrenta el sistema nacional de salud y es la principal causa de muerte en adultos, la primera causa de demanda de atención médica, y la enfermedad que consume el mayor porcentaje de gastos en las instituciones públicas.