En ocasiones intentar tratar con tu jefe puede convertirse en una pesadilla. Nosotros queremos ayudarte a que no sea así
- Un jefe debe ser ante todo un buen mediador y saber gestionar un equipo.
- Alguien con una personalidad agresiva puede minar la motivación y productividad de sus empleados.
- Una sinceridad innecesaria y un trato antipático no convierte a nadie en mejor jefe.
Que no todo el mundo tiene el mismo carácter es algo que tenemos muy claro. Los seres humanos podemos llegar a tener un carácter muy complejo e inestable. Y cuando este tipo de personas alcanzan puestos de responsabilidad y poder son muchas las cosas que pueden salir mal.
El jefe ideal sería un gran supervisor, apoyaría a todos sus empleados y los motivaría a diario para que el trabajo y la productividad fueran perfectos.
Sin embargo no todo van a ser jefes ideales y las personas de carácter complicado como esas de las que hemos hablado suelen estar bastante lejos de serlo. Ni palabras de apoyo, ni felicitaciones. A todo lo que se puede aspirar con ellos es a una sinceridad brutal que puede minar la moral de más de un empleado.
Si por desgracia te ha tocado a ti lidiar con algún individuo de este tipo necesitas aprender a gestionar la situación. Trata de dejar los problemas y malos modos en el trabajo y utiliza tu tiempo libre para desconectar, lo necesitarás.
El estrés emocional que puede causar tener un jefe de este tipo puede afectar también a tu productividad, por eso es necesario que trates de afrontar la situación de la mejor forma posible.
Cuidado, que tu jefe sea más cortante a la hora de hablar o que pase algunos días haciendo exigencias con algunos malos modos no te aseguran que sea un jefe difícil. Tómate algo de tiempo para observar y ver si se trata de algo pasajero… Y si no lo es sigue adelante.
Si hay algo que no puedes permitir es que el tener un jefe de este tipo haga que tu trabajo se vea afectado. Sí, él coordina el equipo en el que estás, pero tú eres un gran profesional que a pesar de eso puede dar lo mejor de sí.
Sabemos que no es la situación más motivadora, pero precisamente por eso has de destacarte por seguir siendo un trabajador impecable. Puede que tu jefe no lo valore pero otros empleados y directivos sí.
Al observar a tu jefe habrás podido reparar en cuales suelen ser sus mayores exigencias, qué fechas le ponen más nervioso o cuanto tiempo necesita para revisar el trabajo que le entregues. Anticípate. Sí, hazlo. Si estás preparado para cualquier petición que pueda hacerte al menos no dejarás espacio a que dude de tu productividad y compromiso.
¿Y si nada funciona? Si aún anticipándote a cualquiera de sus estallidos la presión que ejerce con su actitud es demasiada quizás lo mejor sea dar un paso adelante antes de que acabe contigo y tu salud mental.
Si tienes la oportunidad pide un traslado de departamento o busca un nuevo trabajo mientras aguantas un poco más en la empresa. Puede que necesites el trabajo, pero no necesitas un trabajo y un jefe que acaben contigo como profesional.