Agradecidos, privilegiados y nostálgicos se despidieron de El Colegio de San Luis, cincuenta alumnos egresados de los posgrados que este verano concluyeron sus estudios en las Maestrías de Asuntos Políticos y Políticas Públicas, Antropología Social, Literatura Hispanoamericana y Maestría en Historia.
Provenientes de diferentes estados de México e incluso de otros países, cada generación imprimió su propio sello en sus discursos de despedida, agradecieron todos, al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y al propio COLSAN por la oportunidad de estudiar un posgrado de calidad con la beca que les permitió dedicarse de tiempo completo a su formación. Recibieron sus cartas de egreso de manos de la directiva del COLSAN encabezados por el Presidente David Vázquez Salguero y la Secretaria Académica, Claudia Carranza.
A nombre de la promoción de la décima promoción de la Maestría en Historia, Mayra Lorena de la Paz Flores dijo que no se cierra un ciclo sino se abre uno nuevo y reconoció el esfuerzo que significó llegar al final, intercambiando experiencias y con un diálogo permanente con sus profesores.
Por su parte, la alumna Mayra Margarita Muñoz López egresada de la octava promoción de la Maestría en Antropología Social expresó gratitud por la experiencia y acompañada de la música de violín (en vivo) mostraron en fotografías un diario de campo en donde recordaron sus principales experiencias entre alumnos y maestros, tareas, fiestas, desvelos, pasando por el día 1 hasta el día 670 y más de su paso por El Colegio de San Luis.
En representación de la quinta promoción de la Maestría en Asuntos Políticos y Políticas Públicas, Abril Alejandra Meraz Salinas dijo que era un día de alegría y orgullo porque sólo 17 por ciento de quienes terminan educación básica, acceden a una licenciatura y sólo el uno por ciento terminan una maestría, ante ello dijo, “en México la educación todavía es un privilegio”.
Por último, el alumno Roberto Rodríguez Reyes proveniente de Cuba y egresado de la cuarta promoción de la Maestría en Literatura Hispanoamericana en una amena lectura que en más de una ocasión arrancó una carcajada al auditorio, repaso su estancia en el Colsan. Desde los primeros días en los que tuvo que aprender, conocer y adaptarse a rituales, costumbres y alimentos “potosinos” y con ello sintetizó el cúmulo de experiencias propias y de sus compañeros de generación a su paso por sus estudios de posgrado con el esfuerzo y compromiso que ello significó.