Aunque parece una actividad sencilla y sin mayor complicación, escuchar música involucra procesos neuronales complejos, tanto así que se llevan a cabo en las mismas áreas cerebrales donde se desarrollan los procesos matemáticos.
“Se ha demostrado que los niños con entrenamiento en música resuelven mejor problemas matemáticos y presentan coeficientes intelectuales más altos”, explica la cirujana Cindy Montero Granados, en el artículo Neuroanatomía musical, publicado en la Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica.
Interpretar música es una actividad donde todo el cerebro interviene: la memoria musical se resguarda en el hemisferio derecho; las estructuras musicales se aprenden en la corteza prefrontal; mientras que las emociones, resultado de escuchar la música se perciben a través del sistema límbico.
Algunas de las habilidades necesarias tanto en la música como en las matemáticas, son el razonamiento abstracto, que permite leer las partituras en la música, y llegar a la conclusión de un cálculo en las matemáticas.
Tocar un instrumento musical tiene cierto grado de complejidad, pues son necesarias habilidades cognitivas, motoras y de percepción, que son ejercitadas con regularidad; esto beneficia el desarrollo intelectual del niño.
Para Montero Granados, el aprendizaje de la música desencadena un “reajuste” cerebral pues más neuronas deben respondan mejor a los sonidos, dicho reajuste se extiende a lo largo de la corteza cerebral.
Como ejemplo, la especialista menciona lo que ocurre con los pacientes de Alzheimer, quienes pueden reconocer melodías a pesar de la pérdida importante de sinapsis y la afectación en su corteza cerebral, gracias a que el proceso musical estimuló en el pasado varias zonas cerebrales.
Como verás, los beneficios de la música son amplios así que quizá deberías pensar en inculcar a tu hijo, el gusto por ella y por tocar un instrumento.