Roberto Gutiérrez
Aún no despertaba del knock out que nos dio el INEGI con los maestros que cobran sin trabajar, cuando me entero por una investigación hecha por el cuerpo de reporteros de la periodista Carmen Aristegui, que el dirigente del PRI del DF, Cuauhtémoc Gutiérrez, líder de los pepenadores en la macro urbe, mantenía una red de prostitución en su entorno.
No cabe duda, que México se mantiene en una encrucijada permanente al más alto nivel de sus instituciones, pues el magisterio es la columna vertebral de la educación y si hay maestros que no van a trabajar, pero si cobran, como dio el príncipe Hamlet: “Algo está mal en Dinamarca”.
Lo malo es que no debemos ir a ese país nordiko, para enterarnos que algo huele mal, pues aquí en México, con estos sucesos es obvio, que ya ocurre y si la ausencia de los maestros que cobran pero no trabajan, es grave, la red de prostitución contralada por el líder del PRI, lo es peor, como partido que gobierna el país desde la Presidencia de la República.
México vive una simulación que es tolerada desde las más altas esferas de la nación y eso se observa también en cada uno de los estados de la República y sino que le pregunten a los cenopistas de San Luis Potosí, que les impusieron dirigente desde las alturas, bueno más bien desde un ladito.
Total si los partidos políticos como el PRI no aceptan que haya procesos democráticos, ¿para que los presumen?, simplemente que designen a sus líderes y se acabe con la simulación.
No hace muchos años se esgrimía de la disciplina partidista y las disposiciones de la cúpula dirigente se obedecía sin chistar, incluso cuando llegaba un gobernador, el cargo de dirigente del tricolor se daba a la par de los nombramientos del gabinete ¿entonces?
La simulación es dañina, pero lo es más cuando se descubre. Su contraparte es la credibilidad y si se practica, nos llevará a otro destino. El comienzo puede ser una práctica diferente, tanto de la política como del esfuerzo personal, que se refleje en el entorno familiar y como resultado en la comunidad.
Hoy en parte ya no existe la sociedad indiferente, se terminó la época en la que esta callaba y toleraba silenciosa prácticas que a más de vergonzosas son dañinas, sus aliados son las nuevas tecnologías, en las que se difunde la información que antes se manejaba solo entre unos cuantos.
Si seguimos así nos mantendremos en una encrucijada, que permanecerá mientras haya simulación en posiciones en las que no se puede transgredir, como la educación y la política, pues además de públicas se supone que deben ser ejemplo de congruencia.