Juliet E. Clark (Cienfuegos, Cuba)
Licenciada en Psicología.
Muchas personas quizás no comprendan la Educación en Cuba porque incluso yo no la entendía muy bien, hasta hace unos años en que pude estudiar psicología y de igual manera establecer mi propio criterio basado en experiencias personales de vida. La educación en sí se rige sobre las bases socialistas con un modelo Marxista Leninista, que abarca todos los ámbitos educacionales. Se hace importante explicar que desde su origen, la educación fue meramente privada, posteriormente y después de la llegada de Fidel Castro al poder, urgía la necesidad de instruir a la población analfabeta, que ocupaba un 60 % del país y se fueron creando las primeras instituciones, tales como la actual Universidad de La Habana, entre otras. La aparición de esas nuevas escuelas fue ocupando cada vez más las zonas urbanas y se hizo necesario adiestrar a los maestros, pero sin olvidar la premisa en la búsqueda y creación del denominado ´´hombre nuevo´´
Yo estudie en la Cuba de los años 80s, una época por demás difícil y cambiante, los niños teníamos que ir desde muy temprana edad a las denominadas´´ escuelas al campo´´ o ´´en el campo´´ Eran una tarea especial que la Revolución le daba a cada institución educativa, basado en la idea de ser útiles a la patria. Cada estudiante tenía la obligación moral de dedicar un mes, lejos de sus casas a recolectar café en las montañas, sembrar vegetales, recoger verduras y cuanta función fuera necesaria hacer. Eran becas donde muchas veces no tenían las más mínimas condiciones para habitar, coexistir, existía demasiado hacinamiento y te exigían más de lo que ellos podían proveerte. Todo eso era la base del socialismo, simplemente pasar trabajo, escases, tribulaciones y no rendirse, porque incluso rendirse, es una palabra que no tiene cabida en el diccionario cubano.
Los niños dejaban sus casas ese mes, que normalmente escogían el más productivo en cuanto a cosechas, para dedicarse a labores agrícolas no remuneradas. Recuerdo que nos metían en un campamento en las montañas del Escambray, muy lejos de nuestros hogares. Ahí nos dividían por sexo, las niñas hacia un lado y los niños hacia otro, había unas naves muy grandes llenas de literas donde cada uno dormía y nos correspondía un pequeño espacio de closet para guardar nuestras pocas pertenencias. En las mañanas teníamos trabajo productivo en el campo, muchas veces recolectando café en zonas agrestes y con terrenos a veces inaccesibles. Ahí estábamos desde las 7.00 a.m. hasta mediodía que regresábamos, tomábamos un baño rápido, íbamos al comedor central y después nos reuníamos en el patio para formarnos y recibir clases, pues de igual forma había otras naves, que habilitaban como salones para impartir materias. Hacíamos ese trabajo todos los días de la semana y contábamos con un día de recreación, misma que era muy vigilada por los maestros. Así pasaba todo un mes, lejos de casa y los padres tenían que viajar para vernos y traernos alimentos y ropa nueva y limpia, pues apenas teníamos 9 años de edad.
Así sucedía cada año al comenzar el curso escolar y sigue pasando en la actualidad. En cada institución es obligatorio dedicar ese mes al trabajo agrícola. En aquel tiempo no me daba cuenta de lo que hacía el gobierno con esas supuestas ´´tareas´´ porque era muy pequeña y viví engañada toda la vida, hasta que desperté cuando fui a la universidad y mi visión se amplió por completo. Con esas actividades solo pretendían y aún sigue siendo su principal objetivo, de hacer el famoso ´´adoctrinamiento´´ pues al ver que no podían hacerlo a la fuerza, utilizaron toda la sutileza e inteligencia en darse cuenta de que la familia era la clave de todo. Debido a eso lo que hicieron fue crear este tipo de tareas para separar a los niños del cuidado y protección de sus padres, dejándolos vulnerables y quitándoles la oportunidad de inculcarles sus valores familiares, para irles sembrando otros, basados en el materialismo, el trabajo en equipo, el concepto de movilización y del hombre ateo e ir borrando esa antigua enseñanza individualista de regímenes anteriores.
El sistema educativo cubano, a pesar de haber formado grandes profesionales por hacerlo gratis y casi obligatorio, no dice más de un sistema caduco y sumamente manipulador. Siempre ha empleado esas premisas utópicas de un comunismo inexistente, para tergiversar la forma de pensar y creer de un pueblo que se niega rotundamente a ser manipulado. La gente ya conoce que ese vínculo de educación versus trabajo productivo es incluso también, el motivo por el cual en la Cuba de hoy existe tanto desempleo, pues cada dos niños o jóvenes que se dedican a realizar esas funciones agrícolas gratis, se reemplaza a un obrero de tiempo completo. En otras palabras, la educación cubana ha dejado de ser ese sistema que luchaba por el ateísmo generalizado y se ha convertido en un cumulo de personas laicas, que no solo no se dejan manipular, sino que ya creen en un Dios, en quien depositan la esperanza de un mejor futuro.