Está ocurriendo una tragedia silenciosa, en nuestros hogares, y afecta a lo más preciado que tenemos: nuestros hijos.
¡Los niños están en un estado emocional devastador! En los últimos 15 años, los investigadores han publicado estadísticas alarmantes sobre un aumento agudo y constante en la enfermedades mentales en los niños, que ahora está alcanzando proporciones epidémicas:
*1 de cada 5 niños tiene problemas de salud mental.
*43% de aumento en trastorno por déficit de atención
*37% de aumento en depresión en los adolescente
Aumento del 100% en la tasa de suicidio en niños de 10 a 14 años
Por doloroso que pueda ser admitir, en muchos casos, nosotros, los padres, somos la respuesta a muchas de las luchas de nuestros hijos. Está científicamente probado que el cerebro tiene la capacidad de reconectarse a través del medio ambiente.
Desafortunadamente, con el medio ambiente y los estilos de crianza que estamos brindando a nuestros hijos, estamos reconectando sus cerebros en una dirección incorrecta y contribuyendo a sus desafíos en la vida cotidiana.
¿Qué estamos haciendo?
Es tan fácil para los papás darle el celular o la tablet a los niños para que se entretengan, y así aprovechar para tomar un respiro, trabajar o sacar pendientes de la casa; sin embargo, esta “ayuda” tecnológica daña a los niños como no tienes idea.
De acuerdo con la terapeuta ocupacional Victoria Prooday, el mundo tecnológico actual impacta directamente en el sistema nervioso de los niños; es decir, el entorno puede promover u obstaculizar el desarrollo del cerebro infantil.
Un sencillo ejemplo es cuando los papás descargan una aplicación que estimule el lenguaje del pequeño, sin embargo, con esto están dejando de lado las cosas esenciales del desarrollo humano: la INTERACCIÓN (los vínculos emocionales y las conversaciones de ida y vuelta).
Actualmente, los papás (con la premisa de que quieren darles lo mejor a los hijos) les dan mucho de lo que no necesitan y muy poco de lo esencial; es decir, los llenan de juguetes o aparatos tecnológicos, pero descuidan el tiempo y la convivencia padres-hijos.
Es decir, los niños de ahora están siendo criados por papás digitalmente distraídos, permiso para “gobernar” el mundo, con un sentido de derecho en lugar de responsabilidad y cuidados poco saludables como un descanso inadecuado y una alimentación desequilibrada.
¿Qué hacer para que la tecnología no dañe a los niños?
La especialista recomienda darles los pilares de una infancia saludable como:
• Padres emocionalmente disponibles
• Límites y orientación claramente definidos
• Responsabilidades
• Nutrición equilibrada y sueño adecuado
• Movimiento y al aire libre
• Juego creativo, interacción social, oportunidades para tiempos no estructurados y aburrimiento
Evita usar la tecnología como una solución para el aburrimiento, mejor úsala a tu favor como COMPLEMENTO de la EDUCACIÓN y no como el pilar de ésta. Pon el ejemplo al dejar a un lado el celular y disfrutar tiempo con tu pequeño.